Temazo

miércoles, 25 de febrero de 2015

El valor de no ser el número uno



Esta semana fue la ceremonia de los Oscars. Supongo que todos habéis escuchado/leído que la gran ganadora de la noche fue la película “Birdman”. Muchos medios de comunicación añadían a la noticia que la perdedora de la noche fue “El francotirador”, del grandísimo director Clint Eastwood, pues optaba a varias estatuillas y tan solo pudo alcanzar una (y no de las más relevantes).


¿Es realmente algo vergonzoso no alcanzar la gloria? Si no logras ser el número uno eres un fracasado, ¿no? En primer lugar, habría que tener en cuenta que el tema de los premios “al mejor” son muy relevantes. ¿Por qué? Pues para empezar porque depende de contra quienes compitas. Si compites en un año en el que las películas han sido tirando a cutrecillas, pues el simple hecho de que te nominen es un regalo. Hay años que los miembros de la academia sudarán sangre para rellenar los huecos de los nominados en alguna categoría. Es como cuando tienes que votar en las elecciones, es como si tuvieras que elegir qué dedo de la mano te quieres arrancar.




Por el contrario, puede darse el caso de que en un mismo año compitan varios peliculones. Hay años que coinciden en cartel grandísimas películas. ¿Y qué pasa entonces? O bien se reparten los premios y ninguna de ellas destaca, o una de ellas copa casi todos y las demás quedan aparentemente como películas normalitas. Imagina que te dicen que tienes que elegir tu película preferida. Habrá algunos que lo tendrán muy claro, pero otros no sabríamos con cual quedarnos, porque tenemos demasiadas “películas preferidas” y no podríamos prescindir de ninguna de ellas.


Pero esto se puede aplicar a otros ámbitos de la sociedad. Por ejemplo, en lo académico, donde se dan un limitado número de matrículas de honor o en unas oposiciones donde hay un número de plazas reducido. Aquellos que no alcancen la matrícula o la plaza no quiere decir que sean unos fracasados, pues dependerá de con quienes estén luchando por la plaza/matrícula. De igual modo que aquellos que alcancen el éxito no tienen por qué ser unos cracks. Es como si en unas oposiciones se presentan 500 personas y hay 450 plazas. Pues conseguirán plaza hasta los más paquetes del mundo. Todos tenemos algún conocido que se ha sacado unas oposiciones y son unos inútiles. Cuando hay muchas plazas pasa eso, que algún garbanzo negro se cuela. Es como en la política, pero al revés. Ahí cuesta encontrar el garbanzo bueno.
En fin, amig@s, que en la vida no todo es ser el número uno. Siempre no se puede ser el mejor y siempre no se pueden hacer las cosas bien. Pero lo que está claro es que Celia Villalobos no es mejor que yo ni en el Candy Crush. 



PD: Cuando veo Miss Universo a menudo pienso "si esta es la más guapa de su país... ¿Cómo serán las demás?". Y entonces me siento feliz de ser de donde soy.

martes, 17 de febrero de 2015

Doble moral

Hoy, para comenzar este nuevo post, me voy a subir al carro del trending topic del momento y vamos a hablar de “50 sombras de Grey”. No, no vamos a hacer bromitas sobre los tsunamis generados en las salas de cine, ni voy a criticar el argumento del libro. Admito no haber visto la película (ni leído el libro), pero ello no tiene que suponer que no conozca algunos detalles de la misma, de igual modo que nunca me he tragado un erizo pero me puedo hacer una ligera idea de lo que ello  me supondría.

Pues bien, mi crítica, como bien he dicho, no se basa en el argumento, ni la historia, ni el fenómeno fan, sino en la doble moral de las fanses de Grey. ¿Por qué? Porque las mismas cosas que os molan de Grey, os repulsarían si las hiciese otro tipo de hombre.
Imaginemos que el director de la película “50 sombra de Grey” hubiese sido un cachondo y eligiese para representar al señor Grey a cualquiera de estos actores:





¿Le molaría a Anastasia que alguno de estos señores le diese un cachete, que le atase a la cama, que le mandase e-mails picantones o que le preguntase la hora en un callejón oscuro? Ni hablar. Si alguno de estos le invita a una copa, dejan el alcohol; si alguno de estos le pone una mano encima, se echan ácido sulfúrico donde les haya tocado; si alguno de estos le llama por teléfono se cambian de número. ¿Alguna chica vería esa película alternativa con la misma pasión con la que ven la real? Pues no. Sería como si para hacer la película Striptease, en vez de Demi Moore, hubiesen cogido a Chus Lampreave. Oiga, pues no es lo mismo, ¿para qué engañarnos?



Imaginad que un compañero o compañera del trabajo (o de clase) os lleva un día a casa y cuando vais a meter algo en el maletero veis que en su interior hay una fusta, unas esposas metálicas, antifaces, un látigo… Si vuestro/a compañero/a os mola, os pondréis a cien deseando que se equivoque de camino y acabéis perdidos en mitad de la nada, pero si por el contrario es un casposo, hediondo a sudor amargo y con toda la cara de un uruk hai… Pues casi que prefieres hacer 200 km en taxi antes que irte con él/ella.



Ahora pongamos que ese mismo compañero o compañera de trabajo os deja un post it que pone “Lo daría todo por ti”, que lo primero que se te ocurre decirle es “Date la vuelta y no pares de andar hasta que se te gasten los pies”.

Encima el muchacho es rico y todo el día está comprándole caprichitos a la muchacha… Algunas personas que ven esto como un gesto dulce y cariñoso son las mismas personas que el otro día decían que invitar a una copa a una chica es machista. No es machismo invitar a una chica que no conoces a una copa. En todo caso sería triste, lamentable o estúpido.


En definitiva, que en el mundo del cine nos encontramos a dos tipos de personajes: l@s guap@s y l@s gracios@s, pero mientras que elegir el actor de “50 sombras de Grey” casi desemboca en la Tercera Guerra Mundial, elegir el compañero de Torrente nunca será una difícil tarea. 

PD: Seguro que estáis deseando verles en un remake de la película... 


miércoles, 11 de febrero de 2015

La privacidad publicitada

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Hoy abro mi blog con una noticia que muchos habréis leído/visto ya,  la historia de una joven americana que publicó en Twitter que al día siguiente empezaba a trabajar en una "mierda de trabajo". ¿Qué pasó? Que ese tweet llegó a ojos del jefe de la pizzería donde iba a trabajar la muchacha, con lo cual no se lo pensó y despidió a la chica antes de que llegara a empezar en su "mierda de trabajo".
Os adjunto imagen del tweet de la muchacha y el tweet con el que respondió su fugaz jefe:

Vamos a ver... Yo entiendo que en muchas ocasiones los "trabajos basura" puedan llegar a ser más que una basura: mierda. Pero de ahí a publicarlo en Twitter... Chica...
Y es que estamos llegando a un nivel de "autopropagandismo" que roza el absurdo. Ya sea por Twitter, Facebook, Instagram o la red que sea, unos más que otros nos pasamos de la raya. 
No es normal que alguien escriba un tweet para cada cosa que haga a lo largo de su vida. Uno para decir que te has despertado, uno para decir qué estás desayunando, uno para decir de qué color estás pintando el wc por dentro... ¡Qué tenéis más actividad que una dendrita
Luego están los que en Facebook lo comparten todo. Pero todo, todo, todo. ¡Seleccionad, por favor! Si es que es normal que tengáis que contarlo todo por Facebook, si es que nadie os aguantaría diez minutos tomando un café, ¡¡peeeeesaaaaooooos!!
Y después está mi última adquisición: Instagram. Hay gente que sube fotos muy tontas, ¿no? Una foto normal, sin historia, sin anécdota, sin adobo. ¿Para qué son esas fotos? Vístete de primera comunión y llévale la foto a tu abuela, pero no me petes el Instagram con fotos sosas, rancias y sin fundamento. Pero eso sí, siempre están los que te adornan una foto monótona a base de hashtags absurdos y que avergonzarían a cualquiera. Vamos a poner un ejemplo:

#piedra #tipoduro #hardlife #Davidvs.Goliat #Flinstones #Yabadabadoo #notropiecestresveces #selatiroalosaviones #mástontoqueuna #theRock #rockstar #stone #Rolling #theStones #FuentedePiedra #losflamencosdelalaguna #pedrátedabayo #piedraPull&Bear #elfondoesprecioso #edaddepiedra #LucíayMaría #carnealapiedra #piedralunar #Pokemon #onda #quenoHonda,eh? #dequéestabayohablando? #hablandoperonoblandoqueesunapiedra #meestoydesviando #Piedrahita #piedrarosetta #carnealapiedra #menosdaunapiedra #yoparaserfelizquierounapiedra

Y podríamos seguir, ¿eh? Absurdo, ¿verdad? Pues peor son algunos de mis contactos de las RRSS... 
En fin, amigos y amigas, que podéis publicar lo que queráis y lo que creáis en las redes, pero con mucho cuidado porque las redes pueden ser peligrosas si te atrapan o si tienes un tropezón con ellas. Y también si sois muy pesaos os pueden llover sacos de adoquines.


PD: "Querido diario, hoy he visto una piedra y me ha dado que pensar..."

miércoles, 4 de febrero de 2015

Cosas que se están perdiendo

Tengo entre mis manos el periódico que reparten de forma gratuita (no es un periódico gratuito) en el CEP y tengo la sensación de que me están dando un pergamino del Antiguo Egipto. Ya no se lleva eso de los periódicos, ¿no? Ahora lo que se lleva es leer los periódicos online (eso, los más eruditos), leer algún que otro tweet en Twitter, o lo que está más extendido entre la fauna humana actual: no leer ni la etiqueta de los botes de champú en el wc. 
Sí que es verdad que  los periódicos tienen aún cierta vida en determinados espacios como bares (¿Qué es un bar de barrio sin el Marca?), peluquerías, etc. Pero la verdad es que el uso de periódicos está cayendo brutalmente.

¿Os habéis fijado la cantidad de cosas que "siempre" hemos hecho o usado y que se están perdiendo?
Otra cosa que se está perdiendo es preguntar. Sí, sí, preguntar. Preguntar cómo llegar a un sitio, preguntar la hora, preguntar cómo hacer algo... ¡Con los smartphones a mano tenemos respuesta a todo! Todos hemos tenido un amigo experto en algo. ¿Que tengo una duda de informática? Llamo a mi amigo ingeniero. ¿Que tengo una duda de cocina? Llamo a la mama. ¿Que tengo una duda de ortografía? Llamo a Belén Esteban... O simplemente preguntábamos por la calle a la gente. ¡Cuántas personas salían a la calle con la única esperanza de que alguien  le preguntara cómo se llega a la plaza del pueblo! Eso se está perdiendo...

Y la última cosa a la que voy a hacer mención de las que se están perdiendo es: el pedirle a alguien que te haga una foto. ¡Malditos selfies y palo-selfies! Yo creo que hoy sales a la calle y le pides a alguien que te haga una foto y una de dos: o te mira como si estuviese viendo un cavernícola; o se le saltan dos lagrimones como puños de nostálgica emoción. ¿Qué pasó con esas fotos en plan "díselo a esa, a la rubia buenorra"? ¡Cuánta gente habrá ligado con el muchacho o la muchacha a quien ha pedido que haga una foto! Otra cosa son las anécdotas raras. Recuerdo una ocasión en París de pedirle en inglés una foto a un hombre y que este resultó ser español. ¡Esas anécdotas se están perdiendo!

PD: Otra cosa que se está perdiendo es invitar a chupitos a los amigos por la noche, ¿no? Ah, ¿que los chupitos ya no valen a euro? (...) ¡Al final lo hicisteis!¡Malditos seáis!¡malditos!