Esta semana resuena la noticia de que el actual gobierno
nacional está planeando una bajada del IVA en algunos sectores como las
peluquerías, los cosméticos y los toros. Lo primero que llama la atención es el
hecho de que este gobierno pretenda caer en gracia bajando, en año electoral,
unos impuestos que ellos mismos habían subido con anterioridad. Es decir, que
te agarro por el cuello hasta dejarte casi asfixiado y luego pretendo caerte
bien por el simple hecho de dejar de apretarte cuando ya estás más azul que un
pitufo.
Pero ahora pasemos a hablar del tema que de verdad me
interesa: los toros. En teoría, la reducción del IVA de “los toros” no sería
algo aleatorio, sino como consecuencia directa del demandado descenso del IVA
cultural, que pasaría del 21% al 10%, ya que, según los defensores de la
tauromaquia, discriminar a “la Fiesta” en este descenso del IVA sería vulnerar
la Ley 18/2013.
¿Y qué es la Ley 18/2013? Es la “Ley para la regulación de
la Tauromaquia como patrimonio cultural”. Exacto, en el año 2013, se creó una
ley exclusivamente para decir que torturar hasta la muerte a un toro es algo
cultural y artístico. Para ello, dicha ley se acoge al hecho de que desde
tiempos de Alfonso X, ya en el siglo XIII, la tauromaquia está regulada en
nuestro país… Eso es lo que se llama un argumento demoledor… Es como si yo
ahora digo que las luchas de gladiadores a muerte, que la esclavitud, la
lapidación o la crucifixión son prácticas que se llevaban a cabo hace cientos
de años en nuestra tierra y que, por ende, deben ser reconocidas como algo
propio de nuestra cultura. Cualquier día de estos sacan un Real Decreto para poner MYHYV en los recreos de colegios "porque lo ve mucha gente"...
De verdad, que lo mire como lo mire no le veo yo lo cultural
y artístico a lancear a un toro, clavarle banderillas y acabar atravesándole el
bulbo raquídeo de un certero espadazo… O de veintiocho, según la destreza del
diestro de turno. Todo ello ante la atenta mirada, los vítores y el fervor de
gente que paga por ver morir a un animal que nada les ha hecho y nada les
haría. ¡Ah! Por cierto… ¡Que los niños y niñas pueden entrar sin problemas a
tan lindo espectáculo! ¿Qué más dará si los niños se vuelven insensibles al
maltrato de otro ser? ¿Qué más dará si luego apedrean gatos, abandonan perros o
atacan a otros animales indefensos? El que me diga que maltratar animales no es
de ser un sádico es que tiene un problema de perspectiva. Y el toreo, amigos
míos, es maltratar animales, aunque una ley diga que es como ver un cuadro de
Van Gogh o escuchar una pieza de Beethoven.
Por cierto, sí que como carne animal, pero eso no quiere
decir que disfrute de la muerte de los animales. Si me pasase como en la
película “¡Viven!” también comería carne humana para sobrevivir, pero eso no
quiere decir que pensase juegos divertidos para matar y descuartizar a alguno
de mis compañeros de vuelo.
PD: Querido diario: hasta la fecha no se han vivido nuevos
incidentes con los vecinos fumadores. Creo que he comprado las bombas fétidas
para nada…