Temazo

miércoles, 25 de marzo de 2015

¿Alfonso X sigue reinando?

Esta semana resuena la noticia de que el actual gobierno nacional está planeando una bajada del IVA en algunos sectores como las peluquerías, los cosméticos y los toros. Lo primero que llama la atención es el hecho de que este gobierno pretenda caer en gracia bajando, en año electoral, unos impuestos que ellos mismos habían subido con anterioridad. Es decir, que te agarro por el cuello hasta dejarte casi asfixiado y luego pretendo caerte bien por el simple hecho de dejar de apretarte cuando ya estás más azul que un pitufo.

Pero ahora pasemos a hablar del tema que de verdad me interesa: los toros. En teoría, la reducción del IVA de “los toros” no sería algo aleatorio, sino como consecuencia directa del demandado descenso del IVA cultural, que pasaría del 21% al 10%, ya que, según los defensores de la tauromaquia, discriminar a “la Fiesta” en este descenso del IVA sería vulnerar la Ley 18/2013.

¿Y qué es la Ley 18/2013? Es la “Ley para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural”. Exacto, en el año 2013, se creó una ley exclusivamente para decir que torturar hasta la muerte a un toro es algo cultural y artístico. Para ello, dicha ley se acoge al hecho de que desde tiempos de Alfonso X, ya en el siglo XIII, la tauromaquia está regulada en nuestro país… Eso es lo que se llama un argumento demoledor… Es como si yo ahora digo que las luchas de gladiadores a muerte, que la esclavitud, la lapidación o la crucifixión son prácticas que se llevaban a cabo hace cientos de años en nuestra tierra y que, por ende, deben ser reconocidas como algo propio de nuestra cultura. Cualquier día de estos sacan un Real Decreto para poner MYHYV en los recreos de colegios "porque lo ve mucha gente"...

De verdad, que lo mire como lo mire no le veo yo lo cultural y artístico a lancear a un toro, clavarle banderillas y acabar atravesándole el bulbo raquídeo de un certero espadazo… O de veintiocho, según la destreza del diestro de turno. Todo ello ante la atenta mirada, los vítores y el fervor de gente que paga por ver morir a un animal que nada les ha hecho y nada les haría. ¡Ah! Por cierto… ¡Que los niños y niñas pueden entrar sin problemas a tan lindo espectáculo! ¿Qué más dará si los niños se vuelven insensibles al maltrato de otro ser? ¿Qué más dará si luego apedrean gatos, abandonan perros o atacan a otros animales indefensos? El que me diga que maltratar animales no es de ser un sádico es que tiene un problema de perspectiva. Y el toreo, amigos míos, es maltratar animales, aunque una ley diga que es como ver un cuadro de Van Gogh o escuchar una pieza de Beethoven.

Por cierto, sí que como carne animal, pero eso no quiere decir que disfrute de la muerte de los animales. Si me pasase como en la película “¡Viven!” también comería carne humana para sobrevivir, pero eso no quiere decir que pensase juegos divertidos para matar y descuartizar a alguno de mis compañeros de vuelo.




PD: Querido diario: hasta la fecha no se han vivido nuevos incidentes con los vecinos fumadores. Creo que he comprado las bombas fétidas para nada… 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Tu libertad termina donde empieza la mía

Hoy estoy un poco cabreado. En concreto, estoy cabreado con mis vecinos de arriba y de abajo. Así, entre la espada y la pared, como un sándwich, atacado por ambos frentes, como una virgen en un trío con senegaleses. Y es que cuando he ido a recoger la ropa que estaba en el tendedero he descubierto que… ¡Ambos vecinos son fumadores!

A priori, el que mis vecinos de arriba y abajo sean fumadores no debería ser más que algo anecdótico como que tengan un perro o que les guste comer croquetas de roquefort. El problema es que son fumadores irrespetuosos, una especie que, lejos de estar en peligro de extinción, abunda en demasía. En este caso, me encuentro con el hecho de que la ropa que he tendido está llena de cenizas del vecino de arriba y con un fuerte olor a tabaco por la humareda que suelta el de abajo. Vaya, que mi ropa huele como si en vez de suavizante hubiese usado los restos de un cenicero.

Hay mucha gente que se acoge a dos razones para justificar el coñazo que dan con el tabaco: que ellos se hacen lo que quieren y que hay que comprender su adicción.

En primer lugar, hay que poner de manifiesto que con sus vidas que hagan lo que les salga del ombligo, pero obviar que perjudican a los demás es de tener los huevos tan grandes que debieran meter el pene bajo tierra como si fuese un avestruz. “Es que yo echo el humo para el otro lado”. Amigo mío, el humo es tan incontrolado como una meada masculina después de una noche loca de sexo. Personalmente, el humo del tabaco me recuerda al siguiente fragmento de la obra “Cien años de soledad”:

"Un hilo de sangre salió por debajo de la puerta, atravesó la sala, salió a la calle, siguió en un curso directo por los andenes disparejos, descendió escalinatas y subió pretiles, pasó de largo por la Calle de los Turcos, dobló una esquina a la derecha y otra a la izquierda, volteó en ángulo recto frente a la casa de los Buendía, pasó por debajo de la puerta cerrada, atravesó la sala de visitas pegado a las paredes para no manchar los tapices, siguió por la otra sala, eludió en una curva amplia la mesa del comedor, avanzó por el comedor de las begonias y pasó sin ser visto por debajo de la silla de Amaranta que daba una lección de aritmética a Aureliano José, y se metió por el granero y apareció en la cocina donde Úrsula se disponía a partir treinta y seis huevos para el pan"
"Cien años de soledad" por Gabriel García Márquez

Luego está el decir “¡pues más contaminan los coches!”. Claro, pero es que normalmente no acostumbro a comer con el tubo de escape de un coche echando humo sentado junto a mí. No voy a entrar a valorar si el tabaco merma vuestra capacidad pulmonar o vuestras carteras, sino que voy a decir tres grandes verdades del tabaco para con los demás: El tabaco perjudica. El tabaco molesta. El tabaco apesta.

Respecto al tema de la adicción, hay que señalar que el ser fumador no es algo innato, ni genético. Uno es fumador porque le ha dado la gana. Porque pese a que les repitieron cien millones de veces que era adictivo, ellos decidieron convertirse en fumadores.

¿Qué pensarían si alguien que come pipas le escupiese las cáscaras a la cara? ¿Qué sentirían si alguien que se ha revolcado en estiércol se sentase junto a ellos? ¿Qué sentirían si alguien les tirase arena a los ojos? Pues así me siento yo cuando alguien fuma cerca de mí sin pensar en que cerca hay una persona que está siendo puteada por su “incontrolable” adicción.




PD: ¡Viva la ley antitabaco! 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Cuerpos vacíos

Llevo varios días dándole vueltas a una idea en mi cabeza: ¿cuánto tiempo le dedicamos a potenciar nuestras destrezas sociales?


Porque hay gente que se pasa horas y horas cultivando el cuerpo en el gimnasio. ¿No os pasa que vayáis a la hora que vayáis al gimnasio hay gente que siempre está allí? Yo creo que la tarjeta de entrada les ha caducado y para no tener que renovarla se quedan dentro y ya está. Son personas que comen (barritas, fruta, batidos…) y se duchan en el gimnasio. El que duerman allí lo dejo en duda porque, obviamente, a esas horas no estoy en el gimnasio. Son personas que tienen un cuerpo diez, pero que no escribirían bien Schopenhauer ni calcándolo en una ventana. Y es que no hay que confundir el cuidado del cuerpo con el culto al cuerpo.


Pues bien, si se dedican tantas horas (¡y dinero!) al cuidado del cuerpo, ¿por qué no le dedicamos más tiempo a potenciar otras virtudes? Porque, seamos francos, cuando hay que interactuar con otras personas se ponen en la mesa de juego nuestras virtudes: amabilidad, educación, tener temas de conversación, ser divertido, empatía, saber escuchar… Todo esto es lo que ofrecemos a otras personas cuando tratamos con ellas. Y si nos quitamos todo esto, entonces es cuando queda nuestro físico. Digamos que el físico es lo más llamativo, es como el equipo de Oliver y Benji cuando llega Oliver, que él es una máquina y los demás son unos mataos.


¿Sería un poco tonto que hubiese un gimnasio para aprender a ser mejor persona, no? Pero al final la fórmula es muy parecida: sacrificio, constancia, dedicación… Se puede entrenar ser mejor persona de una forma muy sencilla pero que a algunos puede costarles mucho trabajo: dejar de pensar en nosotros mismos.Y los resultados son excelentes, porque dejando de pensar en nosotros mismos es como más recibimos, ya que las sonrisas son como los bostezos, de un contagio infinito.


Hay pequeñas fórmulas que todos conocemos pero a las que no prestamos demasiada atención:

  • Para ser amable: pregunta a tus amigos cómo están sin esperar a que tengan que explotar, ten detalles espontáneos que les saquen una sonrisa.  
  • Para ser educado no escatimes a la hora de dar las gracias, ya que hay un millón de formas de dar las gracias y cuánto más emotiva sea tu opción, mejor será. 
  • Si quieres tener temas de conversación: lee, investiga, debate, reduce tus dosis de videoconsola y telebasura y, en definitiva, ábrete al mundo. 
  • Hay tres cosas que siempre se pueden hacer para tratar de ser divertido: dejarse la vergüenza en casa, confiar en uno mismo y reírte de ti mismo.

Como conclusión, está claro que siempre será mejor tener al lado personas con quien poder hablar, que se preocupen por ti y te hagan reír antes que tener un cacho de carne (perfectamente definida o no), pero más singracia que unas palomitas sin sal. Podéis elegir entre comeros la hamburguesa completa o un par de ingredientes solo. ¡Buena suerte al elegir de quien os rodeáis!



PD: Probad a mandar unos cuantos mensajes a amigos no porque necesitéis algo, sino por si ell@s necesitan algo   ;)

miércoles, 4 de marzo de 2015

Réquiem por un cerebro

Anoche, una de las últimas noticias que leí fue una en la cual el ministro Wert señalaba que la Educación Artística distrae a los alumnos de las demás asignaturas… Aquí es cuando me pongo serio, porque con los muertos no se bromea. Desde aquí quiero proponer que todos llevemos un crespón negro y estoy pensando enviar una misiva a la FIFA para que se guarde un minuto de silencio en todos los partidos de fútbol, porque: el cerebro del señor Wert, hasta ahora agonizante, ha fallecido. La neurona que quedaba pululando por su desaprovechada cabeza se ha suicidado por mero aburrimiento. Es una muerte triste, como cuando nos deja un niño, porque nos deja sin haberse realizado, sin haber hecho nada útil en esta vida... 



Decir que la Educación Artística distrae es mostrar un conocimiento pedagógico similar al de un canguro sobre cómo tocar el ukelele. Podría ponerme a decir que las enseñanzas artísticas potencian la creatividad, la sensibilidad, confianza, autonomía, etc. Pero creo que me voy a decantar por meter caña al señor Wert. ¿Se puede ser más incompetente que este ministro? Realmente creo que quiere pasar a la historia por algo, ya sea positivo (que va a ser que no) o negativo. Es como aquellos asesinos en serie que tratan de pasar a la historia por razones tan atroces. Pues el señor Wert es eso, un asesino en serie de los principios de la educación.




Pero es que mientras nos trata de quitar de un plumazo la Educación Artística de las aulas, le concede un gran protagonismo a la asignatura de Religión. Para empezar: ¿no era este un país laico? Digo yo, vaya. Y que conste que soy el primero que está a favor de la libertad de culto, un derecho importantísimo en esta sociedad, pero es que la religión no tiene cabida en la escuela. Para eso ya están las parroquias y las catequesis. La religión debe ser una elección personal, no algo impuesto por decreto.



Luego nos topamos con el famoso “3+2”. Es decir, que carreras universitarias que hasta ahora se han impartido en 4 años ahora van a llevarse a cabo en 3… Yo creo que no hay que ser muy listo para darse cuenta de que la calidad de ese mismo título se va a devaluar, ¿no? Es como lo que en su día hizo el Telepizza cuando empezó a poner las pizzas más pequeñas… ¿Creíais que no nos íbamos a dar cuenta? Pues a mí con el “3+2” se me queda la misma cara de tonto que cuando comprobé que las pizzas pequeñas del Telepizza eran más pequeñas que una galleta Oreo. No, hombre, es que luego tienes la posibilidad de hacer 2 años más de máster de postgrado… A precio de oro… Yo creo que el ejemplo sería el siguiente: hasta ahora en un concesionario te daban el coche por un precio estándar, y luego tú puedes elegir si quieres pagar la tapicería de cuero para los asientos o no. Con el “3+2” es como si te dieran el coche sin asientos y te dijeran que puedes pagar los asientos de cuero o quedarte sin asientos. Por tanto, o te quedas con los asientos de cuero o te quedas con una mierda de coche.



Está claro que para hablar del señor Wert podría dedicar un blog con entradas diarias, pero no sé yo qué es más peligroso, si hablar demasiado de él para que se crea importante, o no hablar de él para que crea que estamos de acuerdo con su labor.




PD: Espero que te haya gustado tanto como a mí me gustan tus medidas “educativas”, Nacho