Llevo varios días dándole vueltas a una idea en mi cabeza:
¿cuánto tiempo le dedicamos a potenciar nuestras destrezas sociales?
Porque hay gente que se pasa horas y horas cultivando el cuerpo en el
gimnasio. ¿No os pasa que vayáis a la hora que vayáis al gimnasio hay gente que
siempre está allí? Yo creo que la tarjeta de entrada les ha caducado y para no
tener que renovarla se quedan dentro y ya está. Son personas que comen
(barritas, fruta, batidos…) y se duchan en el gimnasio. El que duerman allí lo
dejo en duda porque, obviamente, a esas horas no estoy en el gimnasio. Son
personas que tienen un cuerpo diez, pero que no escribirían bien Schopenhauer
ni calcándolo en una ventana. Y es que no hay que confundir el cuidado del
cuerpo con el culto al cuerpo.
Pues bien, si se dedican tantas horas (¡y dinero!) al
cuidado del cuerpo, ¿por qué no le dedicamos más tiempo a potenciar otras
virtudes? Porque, seamos francos, cuando hay que interactuar con otras personas
se ponen en la mesa de juego nuestras virtudes: amabilidad, educación, tener
temas de conversación, ser divertido, empatía, saber escuchar… Todo esto es lo
que ofrecemos a otras personas cuando tratamos con ellas. Y si nos quitamos
todo esto, entonces es cuando queda nuestro físico. Digamos que el físico es lo
más llamativo, es como el equipo de Oliver y Benji cuando llega Oliver, que él es una máquina y los demás son unos mataos.
¿Sería un poco tonto que hubiese un gimnasio para aprender
a ser mejor persona, no? Pero al final la fórmula es muy parecida: sacrificio,
constancia, dedicación… Se puede entrenar ser mejor persona de una forma muy
sencilla pero que a algunos puede costarles mucho trabajo: dejar de pensar en
nosotros mismos.Y los resultados son excelentes, porque dejando de pensar en nosotros mismos es como más recibimos, ya que las sonrisas son como los bostezos, de un contagio infinito.
Hay pequeñas fórmulas que todos conocemos pero a las que no prestamos demasiada atención:
- Para ser amable: pregunta a tus amigos cómo están sin esperar a que tengan que explotar, ten detalles espontáneos que les saquen una sonrisa.
- Para ser educado no escatimes a la hora de dar las gracias, ya que hay un millón de formas de dar las gracias y cuánto más emotiva sea tu opción, mejor será.
- Si quieres tener temas de conversación: lee, investiga, debate, reduce tus dosis de videoconsola y telebasura y, en definitiva, ábrete al mundo.
- Hay tres cosas que siempre se pueden hacer para tratar de ser divertido: dejarse la vergüenza en casa, confiar en uno mismo y reírte de ti mismo.
Como conclusión, está claro que siempre será mejor tener al lado personas con quien poder hablar, que se preocupen por ti y te hagan reír antes
que tener un cacho de carne (perfectamente definida o no), pero más singracia
que unas palomitas sin sal. Podéis elegir entre comeros la hamburguesa completa
o un par de ingredientes solo. ¡Buena suerte al elegir de quien os rodeáis!
PD: Probad a mandar unos cuantos mensajes a amigos no porque necesitéis algo, sino por si ell@s necesitan algo ;)
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